Leer un libro o escuchar una lectura, esa es la cuestión

Conversando con una amiga acerca de las ventas de libros impresos, me dijo: 

"Hoy, con la tecnología, las cosas han cambiado un poco.  Hay audios de libros completos por YouTube gratis. Yo ya no compro libros, ni siquiera digitales"

¡Vaya, mi amiga se está perdiendo el placer de leer!, fue lo primero que pensé. 

Después recordé a Francis Barraud pintando el perrito de RCA Victor oyendo música en uno de los antiguos gramófonos. En estos antiguos gramófonos y fonógrafos, se puede escuchar la música, pero no garantizan una máxima calidad de sonido.

Recordé al perrito de RCA Victor por analogía con los lectores de libros de YouTube, se pueden oír, pero no garantizan la calidad de la lectura. 

Esta analogía me llevó a la historia de los Lectores de Tabaquería.

La profesionalidad del lector de tabaquería

El lector de tabaquería, sin lugar a dudas, se puede calificar como profesional. Los lectores eran escogidos por su dicción, por poseer un tono de voz agradable similar a un actor de teatro, los cuales podía hablar en voz alta sin perder la entonación de las palabras, transmitiendo sentimientos y creando emociones en los espectadores o escuchas.  


Cuando 
se originó la profesión en Cuba en 21 de diciembre de 1865, no existían los micrófonos. Los trabajadores de la fábrica de tabacos El Fígaro de La Habana, decidieron utilizar a una persona con buena dicción para leer en voz alta los periódicos y los libros con la intención de evitar el aburrimiento producido por el monótono trabajo de fabricar el tabaco torcido a mano. Todos los trabajadores pagaban el salario del lector de tabaquería. Esta práctica se ha extendido hasta nuestros días.

He resaltado en negrita la frase "pagaban el salario" por analogía con "comprar un libro". 

El acceso a la tecnología de forma masiva, ha permitido a muchos pensar que pueden narrar un vídeo actuando como un "periodista profesional o presentador de TV"; incluso, llegan a creer que son graciosos. Lo cierto es, que la mayoría Lectores de Libros de YouTube destruyen la imaginación del oyente con sus voces que rechinan en nuestros oídos.

Para leer un libro, imitando a un Lector de Tabaquería, se necesita poseer las cualidades que posee un actor de teatro profesional, y eso le falta a muchos los lectores de libros de YouTube.

Mucho más allá de vender o comprar un libro impreso, está el placer de sentir el olor de la tinta impresa en el papel, la textura de las hojas al pasar las páginas. El placer de leer el libro relajado y penetrar en silencio en los lugares y situaciones creadas por la imaginación autor, llevados por nuestra propia imaginación y recreando los personajes y los paisajes descritos en el texto. 

En una ocasión, tuve el placer de disfrutar de la imaginación de los visitantes a una de mis últimas exposiciones de dibujos humorísticos en Cuba, que me permitió comprender mejor el valor de la lectura de un libro o de una imagen,

En la exposición, había un dibujo de una cremallera (zipper), al que sustituí los dientes metálicos por manitos antiguas. Las manitos con el dedo índice señalado una dirección, las utilicé para parte abierta y, para la cerrada, las dos manitos que simbolizan un estrechón de manos.

En esta exposición, me había propuesto hacer la caricatura más absurda posible y la más "intelectual" usando un zipper. El dibujo de las manitos, era una simple caricatura sin contenido humorístico.

Lo más curioso fue lo que "interpretó" el público. Para muchos, las manitos del dedo índice indicado una dirección, eran los cubanos del exilio y los cubanos de la isla señalándose unos a otros. Las del apretón de mano, simbolizan, que al final, los cubanos se unirían todos con un saludo de manos. 

Solo un libro impreso, una pintura o un dibujo, hará que la imaginación vuele libremente. Al menos, a mí me consta.

Luis García Fresquet