— Manolo, no sé si tú habrás notado que muchos científicos y artistas como Gauguin, Rembrandt, Allan Poe, Boris Karloff y Tesla acabaron muriendo hundidos en la miseria, pero fueron felices.
— Chico, no hables tonterías. Nadie que viva en la miseria pueden ser feliz.
— Pero, la gente de la Isla Nunca Jamás, viven en la miseria y todos son muy felices.
— Tú dirás, del País de Nunca Jamás de la historia de fantasía de Peter Pan.
— No, no. Hay una isla en el Caribe llamada así. Parece le cambiaron el nombre hace mucho tiempo.
— Chico. ¿Tú me estás tomando pelo?
— Te digo que es verdad. Mira, en esa Isla Nunca Jamás han tenido carne de res, de puerco, pollos, huevos, pescado, pan, leche, azúcar, plátanos, papas, tomates, cebollas, ajos, jabones, pasta dental, papel sanitario...
— ¡Para... para, para! Ya es suficiente...
— ¡Ah! Y nunca jamás han recogido la basura de las calles... y son muy felices.
— Parece hoy que me has visto cara de estúpido, Estoy a punto de encabrone contigo.
— ¡Joder! Es verdad.Mira, te explico. Tú conoces el eslogan del Fórum Económico Mundial y de la Agenda 2030 de la ONU: «No tendremos nada, pero seremos felices».— Sí, lo conozco. Hoy te dio por hablar tonterías estúpidas.
— Estoy seguro que ese eslogan lo cogieron de la Isla Nunca Jamás porque allí el pueblo no tiene nada y son muy felices.
— ¡Y ahora me vas a decir que gente de la Isla Nunca Jamás, vive del aire! Que no siembran las tierras, no tienen fábricas de alimentos, etc., etc., etc.... Y SON MUY FELICES.
— Pues sí lo son.
— Chico... ¡Acabas de ponerle la tapa el pomo!
— Espera. Te voy a contar una historia que lo confirma. Después me dirás si es verdad o no que le pueblo de la Isla Nunca Jamás del Mar Caribe vive en la miseria y son felices.
— Okey. Comienza a contar ese absurdo de vivir feliz en la miseria.
— Primero te voy a mostrar el mapa de la isla.
— Vale.
— En una ocasión, muchos jóvenes, y algunos no tan jóvenes, salieron a las calles gritando ¡Libertad! ¡Tenemos hambre! ¡Abajo el comunismo! y otras consignas más. Esto ocurrió en varias provincias de la Isla Nunca Jamás. ¿Qué ocurrió? Apareció la policía junto con un bulto de gente con palos y los golperon. Y los metieron presos.
— ¡Bien hecho! Nadie tiene derecho golpear a otras personas...
— ¡Espera... espera! A los metieron en las cárceles fue a los que pretestaban porque en la Isla de Nunca Jamás, son felices viviendo en la miseria y nadie tiene derecho a quitarles esa felicidad que le brinda el régimen comunista.
— ¡Vaya... vaya! Chico, ésta si fue buena. Estás hablando de la isla de Cuba. Siempre hay un tonto que sale a la calle y al que le toman el pelo, Y hoy me tocó a mi, así es mi socio.
— Si, la Isla de "jamás jamé jamón".
Luis Garcia Fresquet
