Alcalá de Henares, 28 de febrero de 1996. 11:00 pm. Un grado bajo cero:
Viajamos de Madrid a Alcalá de Henares para reunirnos con nuestros dos hijos. La familia había crecido, dos nietos, una nieta y dos nueras, todos españoles de nacimiento, excepto, nuestros hijos.
Madrid, 1 de marzo de 1996. 10:00 am. Siete grados celsio:
Sinopsis:
Partido político al frente del Gobierno Español:
Partido Popular.
Presidente del Gobierno: José María Aznar.
Ministro del Interior: Jaime Mayor Oreja.
Relaciones PP con Cuba Socialista: Excelentes.
Cuando entramos al edificio de las oficinas de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior de España, tuve la misma percepción del día que caminé por los pasillos de las oficinas de la G2 en La Habana.
Después de rellenar los formularios de solicitud de asilo. Dos agentes de Emigración y Extranjería nos entrevistaron por separados. Respuesta de un agente:
—"Señora, no querer que obliguen a nuestros hijos y nietos a jurar la bandera en la escuela con la consigna de Pioneros por el Comunismo, seremos como el Che", no es suficiente para otorgar un asilo político en España.
Respuesta del otro agente, "vivir en un país donde no se reconocen y no se protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción, y, por ejercer ese derecho, serás condenado a más de quince años de prisión", no eran suficientes argumentos para otorgar un asilo político en España.
Nos aconsejaron contratar un abogado: —Si no tienen dinero, soliciten un Abogado de Oficio en el Colegio de Abogado.
Salimos del edificio sabiendo que no nos otorgarían el asilo.
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Madrid, 19 de mayo de 1997. 11:00 am. Veintiséis grados celsio:
Llegamos a las oficinas de Dirección General de la Policía de España, convencidos que nos negarían el asilo.
Nos acuñaron los pasaportes "Salida Obligatoria". Teníamos 15 días para abandonar el país. De no hacerlo, seríamos deportados a Cuba.
Nunca le vimos la cara al Abogado de Oficio, nunca expresamos nuestras inquietudes, temores y argumentos delante de un Juez. Un policía había decidido nuestro destino, y era lógico que así sucediera.
El gobierno "democrático" de España, que se rige y funciona con un sistema socialista, no podía otorgarle el asilo político a unos ciudadanos de un país socialista.
Solo teníamos una puerta abierta, emigrar al país más libre del mundo, Estados Unidos de América. Y eso hicimos.
Luis García Fresquet