"Nadie en la historia del planeta ha logrado jamás librarse del control totalitario mediante el cumplimiento de sus obligaciones". RFK Jr

"Lo que estamos viendo hoy es lo que yo llamo un totalitarismo llave en mano. Están poniendo en marcha todos estos mecanismos tecnológicos de control que nunca antes habíamos visto". "Todo estado totalitario, desde el comienzo de la humanidad, ha tenido la ambición de controlar todos los aspectos del comportamiento, la conducta, el pensamiento y eliminar la disidencia. Ninguno de ellos ha sido capaz de hacerlo. No tenían la capacidad tecnológica necesaria". "Hoy se están poniendo en marcha los mecanismos que harán que ninguno de nosotros pueda huir ni esconderse... Moneda digital que les permitirá castigarnos a distancia y cortar nuestro suministro de alimentos". "Todo derecho que tienes se transforma en un privilegio, supeditado a tu obediencia a los dictados arbitrarios del gobierno. Te convertirá en un esclavo". "¿Qué hacemos al respecto? Nos resistimos". "Cada capitulación es una señal para que los opresores impongan nuevas formas de tormento... Cada vez que uno cede, se vuelve más débil. Los agresores no pueden ser apaciguados... Por eso hoy debemos resistir."

Robert Francis Kennedy Jr.

Leer un libro o escuchar una lectura, esa es la cuestión

Conversando con una amiga acerca de las ventas de libros impresos, me dijo: 

"Hoy, con la tecnología, las cosas han cambiado un poco.  Hay audios de libros completos por YouTube gratis. Yo ya no compro libros, ni siquiera digitales"

¡Vaya, mi amiga se está perdiendo el placer de leer!, fue lo primero que pensé. 

Después recordé a Francis Barraud pintando el perrito de RCA Victor oyendo música en uno de los antiguos gramófonos. En estos antiguos gramófonos y fonógrafos, se puede escuchar la música, pero no garantizan una máxima calidad de sonido.

Recordé al perrito de RCA Victor por analogía con los lectores de libros de YouTube, se pueden oír, pero no garantizan la calidad de la lectura. 

Esta analogía me llevó a la historia de los Lectores de Tabaquería.

La profesionalidad del lector de tabaquería

El lector de tabaquería, sin lugar a dudas, se puede calificar como profesional. Los lectores eran escogidos por su dicción, por poseer un tono de voz agradable similar a un actor de teatro, los cuales podía hablar en voz alta sin perder la entonación de las palabras, transmitiendo sentimientos y creando emociones en los espectadores o escuchas.  

La nostalgia, el opio de un exiliado











Desde mi primera visita a la calle 8 en Miami, tuve mucha curiosidad por saber cuál era la importancia y el significado de la frase «nostalgia cubana», convertida en una marca comercial. Poco tiempo después, me relacioné con algunos compatriotas exiliados llegados a la Florida en 1959 y en los primeros años de la década de los 60. Más tarde, conocí a varios no exiliados y «descontentos con el régimen de La Habana», la mayoría de ellos, nacieron y vivieron en la Cuba capitalista. Lo singular de nuestras conversaciones, sin importar el asunto del que habláramos, es que siempre daban un giro inesperado para llegar al tema de la «nostalgia cubana» o la «añoranza por Cuba». 

La nostalgia, es definida por la Real Academia de la Lengua de España, como «la pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos»(*), y por «la tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida»(*). 

¿Una dicha perdida?

En la introducción de la «Historiografía Cubana del Exilio (1959-2023)»(1), escrita por el Dr. Eduardo Polo, afirma que «Todo emigrante es secuestrado por la nostalgia, y no hay rescate alguno que pueda liberarlo. No importan las razones que le obligaron a emigrar: huir del hambre hereditaria, o del terror de dictaduras de izquierda o de derecha.»

¿«Secuestrado» por la nostalgia sin importar las razones?

Si «la nostalgia es una dicha perdida», deduzco que la marca «nostalgía cubana», acuñada en Miami, hace referencia exclusivamente a la Cuba anterior a 1959. De ser cierta mi conjetura, todos los exiliados y no exiliados nacidos antes de 1959, han estado «secuestrados» durante sesenta y cinco años (estamos en el año 2024), recordando una Cuba que no existe y que tampoco volverá a ser como era antes de 1959.

Los «descontentos con el régimen de La Habana», que disfrutaron de los años «idílicos» de la Revolución, de las fortunas robadas a los «capitalistas e imperialistas» y de todos bienes confiscados, tendrán «añoranzas por las dichas perdidas» no englobadas en el sello «nostalgía cubana».

Las generaciones nacidas en la isla después de 1980

Será muy difícil, casi imposible, incluir en la marca comercial «nostalgía cubana» —que ha servido para promover en la radio y la televisión, programas de «remembranzas» de Cuba, tiendas de artesanías, exposiciones y eventos patrióticos en Miami y otras ciudades de la Florida—, a las generaciones nacidas desde 1980 hasta el 2024, que han emigrado en busca de un futuro mejor, sin importar «las razones»(1), ya sea por el «hambre hereditaria, o del terror de dictaduras de izquierda»(1). 

Me pregunto, ¿podrán sentir morriña de las «dichas perdidas» que nunca tuvieron? ¿De su casa o del edificio en ruinas? ¿De La Habana llena de basura y aguas albañales pestilentes corriendo como ríos por las calles? O tal vez, ¿del «futuro» prometido por los comunistas totalitarios de la isla que nunca llegó?

Podemos tener «añoranza» de nuestro terruño, de la bodega del barrio donde vivimos, de las tiendas que habían en las calles San Rafael, Monte o Galiano. Quizás de nuestra casa colonial estilo art nouveau o del Teatro Campoamor —ahora en ruinas— cuando ibamos con nuestra novia. Esto lógico que ocurra cuando emigramos. Pero esas «añoranzas» nos paraliza en el tiempo, en épocas imposibles de revivir y nos impide mirar hacia el futuro en el país al cual hemos emigramos. No importa si lo hicimos forzados por cualquier «razón».

 Cuando vivimos en una nación con costumbres, tradiciones culturales muy diferentes a las nuestras, perdemos la identidad nacional, porque ella tiene implícito el concepto de nación, basada en la condición social, cultural y territorial. La identidad nacional es un sentimiento de pertenencia a una colectividad histórica muy definida, en mayor o menor grado, por el origen de los primeros pobladores del lugar de nacimiento. Incluso, si logramos emigrar a un país con el mismo idioma, cultura y costumbres «similares», eso no impide que perdamos la identidad nacional. 

En México, la población tiene muy arraigas sus tradiciones culturales y costumbres de los primeros pobladores. Los españoles pueden haber importado el idioma y sus prácticas religiosas, igual que hicieron en otros países de América. Pero, desde el primer día que pisamos el suelo mexicano, desaparecerá nuestra identidad nacional.

Cuando nos aferrarnos a las «añoranzas» por la Cuba que perdimos hace mucho tiempo, estamos permitiendo que nuestros sentimientos «secuestren» el futuro. Aunque nos forcemos en vivir en guetos o ciudades habitadas por personas de nuestro origen étnico y con las mismas tradiciones culturales. De hecho, estamos creándonos una «identidad falsa» para no admitir que hemos perdido nuestra verdadera «identidad nacional» porque ella no puede emigrar. 






























ANCLADOS EN UNA HABANA QUE NO EXISTE

Seis generaciones de cubanos han emigrado a Estados Unidos y otros países. Cada una de ellas, traen, en sus mentes, una visión muy diferente de Cuba. Cargan con sus propios recuerdos. Llegan con costumbres distintasalejadas de la cultura de las generaciones que precedieron, aunque pertenezcan o tenga un origen común. Salen de la isla con imágenes gráficas actualizada de sus pueblos y de la Habana, que no se asemejan a las de décadas anteriores.

LAS DÉCADAS DE LOS 30 Y 40

Los recuerdos de Cuba, de las generaciones de los años 30 y 40, que emigraron a otros países, son idílicos. Son memorias reales de una isla próspera, pintoresca y democrática, conservadas solo en fotografías de los años anteriores a 1959 que ya no existen.


Los cubanos de esas décadas y parte de los 50, desde su partida de la isla, se han esforzado en divulgar, con fotos y textos, los logros alcanzados en la Cuba Republicana, en libros, redes sociales, videos, conferencias, etc., para mostrarle al mundo esos éxitos. Para ello, han utilizado fotografías de décadas anteriores a 1959, comparándolas con fotos actuales del fracaso de socialismo.

Plausible esfuerzo, pero el totalitarismo siguen en Cuba, aunque haya convertido la isla en una ruina. 

Las “nostalgias” de la generación de los 30-40, en mi opinión, solo las tendrán de las imágenes captadas en fotografías de automóviles, ómnibus, calles, tiendas, comercios, edificios y otras cosas que desaparecieron de la faz de isla hace mucho tiempo. Épocas imposibles de revivi, que podrán ser recordadas en los libros de textos de los escritores e historiadores cubanos.


Esa Cuba, la de las décadas anteriores a 1959, ya no existe y Cuba nunca volverá a ser la misma. De eso, no tengo dudas. 


LAS NUEVAS GENERACIONES NACIDOS DESPUÉS DE 1959

Los cubanos, de las generaciones posteriores a 1960, emigran y emigrarán a Estados Unidos o cualquier otro continente, cargando con sus propios recuerdos de los años que vivieron en la isla cárcel.

Todas las generaciones nacidas después de 1960, perdieron su identidad nacional el mismo día que nacieron. Son hijos de la "patria" socialista. Por suerte, cuando emigren, adquirirán una nueva identidad. 

¿Llegarán a sentir sentir "nostalgia" por los fusilamientos en la Fortaleza de la Cabaña, o por la represión? ¿O por la escasés de alimentos, de leche, de pan, por el adoctrinamiento en la escuela primaria, secundaria y universitaria? O, quizás, sientan "nostalgia" por el Servicio Militar Obligatorio o por el amigo que arrestaron por pensar diferente. O por el campesino enviado a presión por vender platanos en las calles.

¿Recordarán con "nostalgia, los primeros derrumbes de edificios de La Habana, donde murió su novia o su hermano? ¿Sentirán "nostalgia" por los escombros esparcidos por todos los barrios de La Habana? ¿O por la basura acumulada en las calles habaneras? ¿O por las aguas albañales corriendo como manantiales por las calles? ¿Recordarán con "nostalgia" el deterrioro de las viviendas, de las calles, de los ómnibus, o de los apagones eléctricos y por la escasés de agua potable y jabón para bañarse?

¿O sentirán "nostalgia" por la rústica balsa que dejaron abandonada en la orilla de las playas de los cayos de la Florida? ¿O del amigo que se cayó de la balsa durante la travesía y no llegó a la orilla?

Existen muchas Cuba, cada una de ellas será diferente para cada generación de cubanos, según los años que le hayan tocado vivir en la isla cárcel

Luis García Fresquet
Fotografías de La Habana 2024









-------------------------------------
[*] Diccionario de la RAE
[1] Eduardo Lolo. Cuban Studies Institute: 
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIOGRAFÍA CUBANA DEL EXILIO (1959-2023). 


Navegando por aguas contaminadas

Sin tener en cuenta la influencia que ejerce la atracción de la apariencia física de los individuos, el nacimiento de una amistad depende de un encuentro cara a cara. Una prueba de ello —muy común hoy día—, es que las personas que buscan parejas o amistades en la redes sociales de internet, terminan sentados frente a frente en un restaurante. Y es lógico que así sea. Las feromonas de nuestro cuerpo se activa al estar uno cerca de otro. Después, de ser percibida por ambos, se desencadena una atracción mutua, ya sea social o sexual, modificando nuestro comportamiento.


De ser así, ¿qué nos atrae para tener «amigos electrónicos» sin contacto físico?


Si excluimos los grupos políticos, culturales o económicos, etc., con los mismos intereses, entonces ¿es la banidad la que nos impulsa a tener amigos con los que nunca hemos compartido ni una mirada cómplice ni un café? Pienso que sí.

El mundo está ahí, sin conquistar, hecho una bola de silencio...

Cuando escribí La Globalización del Chisme en el Blog Humor + Ego, el 21 de diciembre de 2021, utilicé dos personajes reales: mi tía Jacinta y su amiga Carmena, ambas eran muy reservadas y sus idiosincrasias estaban muy lejanos de ser mujeres chismosas. Use sus nombres porque me resultaban apropiados para crear una historia simpática; al menos, eso pensé.

Después de releer la historia, la actualicé y la publiqué en Facebook, Mientras revisaba el personaje ficticio que había creado de Carmena, descubrí las "amistades electrónicas" que yo mismo le había creado en Nueva Zeland, en Fráncfort, Alemania, en Ethiopia y que yo también tenía "amistades electrónicas", con las nunca he tenido un contacto físico.

El eso me hizo recordar, que Isaac Asimov, en su libro El sol desnudo, escribió que los habitantes del Planeta Solaria, interactúan a través de la tecnología, evitando el contacto físico entre ello, que se comunican a través holografía y TV 3-D. Que se sentaban juntos a la mesa, pero físicamente no existían, estaban en sitios diferentes. Eran imágenes holográficas tridimencionales. Los encuentros físicos solo eran permitidos a los cónyuges para procrear, luego los fetos eran traslados a úteros artificiales.

La Isla Nunca Jamás

— Manolo, no sé si tú habrás notado que muchos científicos y artistas como Gauguin, Rembrandt, Allan Poe, Boris Karloff y Tesla acabaron muriendo hundidos en la miseria, pero fueron felices.

— Chico, no hables tonterías. Nadie que viva en la miseria pueden ser feliz.

— Pero, la gente de la Isla Nunca Jamás, viven en la miseria y todos son muy felices.

— Tú dirás, del País de Nunca Jamás de la historia de fantasía de Peter Pan.

— No, no. Hay una isla en el Caribe llamada así. Parece le cambiaron el nombre hace mucho tiempo.

— Chico. ¿Tú me estás tomando pelo?

— Te digo que es verdad. Mira, en esa Isla Nunca Jamás han tenido carne de res, de puerco, pollos, huevos, pescado, pan, leche, azúcar, plátanos, papas, tomates, cebollas, ajos, jabones, pasta dental, papel sanitario...