La nostalgia, es definida por la Real Academia de la Lengua de España, como «la pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos»(*), y por «la tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida»(*).
¿Una dicha perdida?
En la introducción de la «Historiografía Cubana del Exilio (1959-2023)»(1), escrita por el Dr. Eduardo Polo, afirma que «Todo emigrante es secuestrado por la nostalgia, y no hay rescate alguno que pueda liberarlo. No importan las razones que le obligaron a emigrar: huir del hambre hereditaria, o del terror de dictaduras de izquierda o de derecha.»
¿«Secuestrado» por la nostalgia sin importar las razones?
Si «la nostalgia es una dicha perdida», deduzco que la marca «nostalgía cubana», acuñada en Miami, hace referencia exclusivamente a la Cuba anterior a 1959. De ser cierta mi conjetura, todos los exiliados y no exiliados nacidos antes de 1959, han estado «secuestrados» durante sesenta y cinco años (estamos en el año 2024), recordando una Cuba que no existe y que tampoco volverá a ser como era antes de 1959.
Los «descontentos con el régimen de La Habana», que disfrutaron de los años «idílicos» de la Revolución, de las fortunas robadas a los «capitalistas e imperialistas» y de todos bienes confiscados, tendrán «añoranzas por las dichas perdidas» no englobadas en el sello «nostalgía cubana».
Las generaciones nacidas en la isla después de 1980
Será muy difícil, casi imposible, incluir en la marca comercial «nostalgía cubana» —que ha servido para promover en la radio y la televisión, programas de «remembranzas» de Cuba, tiendas de artesanías, exposiciones y eventos patrióticos en Miami y otras ciudades de la Florida—, a las generaciones nacidas desde 1980 hasta el 2024, que han emigrado en busca de un futuro mejor, sin importar «las razones»(1), ya sea por el «hambre hereditaria, o del terror de dictaduras de izquierda»(1).
Me pregunto, ¿podrán sentir morriña de las «dichas perdidas» que nunca tuvieron? ¿De su casa o del edificio en ruinas? ¿De La Habana llena de basura y aguas albañales pestilentes corriendo como ríos por las calles? O tal vez, ¿del «futuro» prometido por los comunistas totalitarios de la isla que nunca llegó?
Podemos tener «añoranza» de nuestro terruño, de la bodega del barrio donde vivimos, de las tiendas que habían en las calles San Rafael, Monte o Galiano. Quizás de nuestra casa colonial estilo art nouveau o del Teatro Campoamor —ahora en ruinas— cuando ibamos con nuestra novia. Esto lógico que ocurra cuando emigramos. Pero esas «añoranzas» nos paraliza en el tiempo, en épocas imposibles de revivir y nos impide mirar hacia el futuro en el país al cual hemos emigramos. No importa si lo hicimos forzados por cualquier «razón».
Cuando vivimos en una nación con costumbres, tradiciones culturales muy diferentes a las nuestras, perdemos la identidad nacional, porque ella tiene implícito el concepto de nación, basada en la condición social, cultural y territorial. La identidad nacional es un sentimiento de pertenencia a una colectividad histórica muy definida, en mayor o menor grado, por el origen de los primeros pobladores del lugar de nacimiento. Incluso, si logramos emigrar a un país con el mismo idioma, cultura y costumbres «similares», eso no impide que perdamos la identidad nacional.
En México, la población tiene muy arraigas sus tradiciones culturales y costumbres de los primeros pobladores. Los españoles pueden haber importado el idioma y sus prácticas religiosas, igual que hicieron en otros países de América. Pero, desde el primer día que pisamos el suelo mexicano, desaparecerá nuestra identidad nacional.
Cuando nos aferrarnos a las «añoranzas» por la Cuba que perdimos hace mucho tiempo, estamos permitiendo que nuestros sentimientos «secuestren» el futuro. Aunque nos forcemos en vivir en guetos o ciudades habitadas por personas de nuestro origen étnico y con las mismas tradiciones culturales. De hecho, estamos creándonos una «identidad falsa» para no admitir que hemos perdido nuestra verdadera «identidad nacional» porque ella no puede emigrar.
ANCLADOS EN UNA HABANA QUE NO EXISTE
Seis generaciones de cubanos han emigrado a Estados Unidos y otros países. Cada una de ellas, traen, en sus mentes, una visión muy diferente de Cuba. Cargan con sus propios recuerdos. Llegan con costumbres distintas, alejadas de la cultura de las generaciones que precedieron, aunque pertenezcan o tenga un origen común. Salen de la isla con imágenes gráficas actualizada de sus pueblos y de la Habana, que no se asemejan a las de décadas anteriores.
LAS DÉCADAS DE LOS 30 Y 40
Los recuerdos de Cuba, de las generaciones de los años 30 y 40, que emigraron a otros países, son idílicos. Son memorias reales de una isla próspera, pintoresca y democrática, conservadas solo en fotografías de los años anteriores a 1959 que ya no existen.
Los cubanos de esas décadas y parte de los 50, desde su partida de la isla, se han esforzado en divulgar, con fotos y textos, los logros alcanzados en la Cuba Republicana, en libros, redes sociales, videos, conferencias, etc., para mostrarle al mundo esos éxitos. Para ello, han utilizado fotografías de décadas anteriores a 1959, comparándolas con fotos actuales del fracaso de socialismo.
Plausible esfuerzo, pero el totalitarismo siguen en Cuba, aunque haya convertido la isla en una ruina.
Las “nostalgias” de la generación de los 30-40, en mi opinión, solo las tendrán de las imágenes captadas en fotografías de automóviles, ómnibus, calles, tiendas, comercios, edificios y otras cosas que desaparecieron de la faz de isla hace mucho tiempo. Épocas imposibles de revivi, que podrán ser recordadas en los libros de textos de los escritores e historiadores cubanos.
Esa Cuba, la de las décadas anteriores a 1959, ya no existe y Cuba nunca volverá a ser la misma. De eso, no tengo dudas.
LAS NUEVAS GENERACIONES NACIDOS DESPUÉS DE 1959
Los cubanos, de las generaciones posteriores a 1960, emigran y emigrarán a Estados Unidos o cualquier otro continente, cargando con sus propios recuerdos de los años que vivieron en la isla cárcel.
Todas las generaciones nacidas después de 1960, perdieron su identidad nacional el mismo día que nacieron. Son hijos de la "patria" socialista. Por suerte, cuando emigren, adquirirán una nueva identidad.
¿Llegarán a sentir sentir "nostalgia" por los fusilamientos en la Fortaleza de la Cabaña, o por la represión? ¿O por la escasés de alimentos, de leche, de pan, por el adoctrinamiento en la escuela primaria, secundaria y universitaria? O, quizás, sientan "nostalgia" por el Servicio Militar Obligatorio o por el amigo que arrestaron por pensar diferente. O por el campesino enviado a presión por vender platanos en las calles.
¿Recordarán con "nostalgia, los primeros derrumbes de edificios de La Habana, donde murió su novia o su hermano? ¿Sentirán "nostalgia" por los escombros esparcidos por todos los barrios de La Habana? ¿O por la basura acumulada en las calles habaneras? ¿O por las aguas albañales corriendo como manantiales por las calles? ¿Recordarán con "nostalgia" el deterrioro de las viviendas, de las calles, de los ómnibus, o de los apagones eléctricos y por la escasés de agua potable y jabón para bañarse?
¿O sentirán "nostalgia" por la rústica balsa que dejaron abandonada en la orilla de las playas de los cayos de la Florida? ¿O del amigo que se cayó de la balsa durante la travesía y no llegó a la orilla?
Existen muchas Cuba, cada una de ellas será diferente para cada generación de cubanos, según los años que le hayan tocado vivir en la isla cárcel
Luis García Fresquet
Fotografías de La Habana 2024
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[*] Diccionario de la RAE
[1] Eduardo Lolo. Cuban Studies Institute:
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIOGRAFÍA CUBANA DEL EXILIO (1959-2023).